Localidad: ESTELLA (31200)
Dirección: c/ Teobaldo II, s/n
Zona: La Zona Media
Web: www.santaclaradeestella.es
Estilo: Barroco desornamentado
Siglos de construcción: XIII-XVII
Horario de visita: Consultar
Teléfono: 948 550 928
Descripción
El Real Monasterio de Santa Clara se encuentra ubicado en Estella, en el céntrico y apacible Paseo de los Llanos del meandro que forma el río Ega al paso por la ciudad.
Este Real Monasterio fue tres veces edificado: De la primera fundación se desconoce su fecha aunque se cree que fue cerca del año de 1.255 por influencia de Isabel – segunda hija de San Luis, Rey de Francia y casada con el Rey navarro Teobaldo II- cuando se levanta el Convento de Santa Clara en los terrenos de unos antiguos viñedos del Rey Sancho el Sabio. A él llega la primera comunidad de hermanas Clarisas pocos años después del fallecimiento de su fundadora Clara de Asís.
El Convento
Tal era el ejemplo de vida de las religiosas que Dª Blanca de Navarra deseó tratarlas más de cerca para lo cual mandó construir en 1430 un palacio contiguo al Convento que posteriormente les cedería junto al título de Real Monasterio de Santa Clara.
El Convento fue creciendo (ingresan él las Infantas de Navarra en el s. XIV) recibiendo distintos donativos que hacen que fuera totalmente reconstruido a mediados del s.XVII por Juan de Larrañaga erigiendo en estilo barroco e íntegramente en ladrillo el actual convento.
Como monjas contemplativas, su mayor tesoro se encuentra en la Iglesia, con su retablo central y 2 colaterales del s. XVII de estilo prechurrigeresco el central y churrigueresco y más ornamentados los laterales en las que destacan las columnas salomónicas.
El Interior
En el altar mayor
están representadas en el primer cuerpo Santa Catalina con la rueda dentada con la que fue torturada y su pie encima de la cabeza del emperador Maximiano que ordenó su martirio y Santa Bárbara con la palma y el libro representando su martirio y la sabiduría con la torre de tres ventanas que simboliza el refugio de la fé en la Santísima Trinidad.
En el segundo cuerpo
se encuentra San Francisco, fundador de la Orden Franciscana y amigo de Santa Clara mirando en éxtasis la cruz que sostiene en el momento de su estigmatización que muestra en su mano derecha, y San Antonio, teólogo y predicador franciscano representado con el Niño Jesús, que le dio la Virgen, en sus brazos.
En el cuerpo central
aparece en primer lugar el soberbio tabernáculo de columnas salomónicas con templete de planta central que hoy alberga la magnífica talla de San Juanito.
Sobre el tabernáculo
encontramos a Santa Clara, fundadora de la Orden, con la custodia con la que detuvo a los sarracenos en 1230 y a la que tienen especial predilección la monjas Clarisas: Sin ninguna duda, cuando visite la Iglesia, podrá contemplar en el centro del altar la valiosa Custodia con el Santísimo Expuesto permanentemente.
En el Calvario superior
encontramos a la Virgen Orante y San Juan rodeando al Cristo fallecido.
El lateral derecho
está dedicado a la Santísima Trinidad – muy extraña en el barroco navarro – representados por el Padre y el Hijo sedentes sobre trono de nubes y querubines y el Espíritu Santo, bajo forma de paloma, volando sobre los dos.
El otro colateral
está dedicado a la Inmaculada en el cuerpo principal y a su esposo, San José con el Niño en el ático.
Originariamente la Inmaculada estaba ubicada en el altar central donde actualmente encontramos el Tabernáculo dada la importancia que daban Franciscanos y Clarisas al dogma de la Inmaculada Concepción en larga pugna con los dominicos. La postura se reafirmó con el famoso “POTUIT, DECUIT ERGO FECIT” (Pudo, quiso, lo hizo) del franciscano Duns Scoto.
La citada frase la encontramos en las pinturas del techo del templo realizadas a comienzos del s.XX con diversos episodios de la vida de la Santa Fundadora.