Localidad: TORRES DEL RIO (31229)
Zona: La Zona Media
Estilo: Románico
Siglos de construcción: XII
Poco antes de abandonar Navarra, el Camino de Santiago, nos ofrece este bello y recogido ejemplar del románico del siglo XII, que fue capilla funeraria y faro del Camino de Santiago.
Según algunos historiadores, el Santo Sepulcro de Torres del Río podría haber sido obra de los caballeros del Temple. Este extremo no se ha podido confirmar pero añade misterio a esta obra, que fue construida a semejanza del templo del Santo Sepulcro de Jerusalén, pero adaptando los conocimientos islámicos a la manera de construir de los cristianos.
Descripción
De planta octogonal, la iglesia del Santo Sepulcro es un raro ejemplo del arte medieval, ya que frente a la horizontalidad y pesadez del románico, en este templo todo conduce a la verticalidad. En su interior, la impresionante bóveda de nervios entrecruzados le hará recordar el arte hispanomusulmán.
La iglesia del Santo Sepulcro se encuentra integrada en el casco urbano de Torres del Río, pequeña localidad jacobea situada en la Zona Media de Navarra, entre lo alto de una colina y una profunda hondonada, ya cerca de tierras riojanas.
El visitante se encuentra ante una joya del románico, edificada en torno a 1170 como réplica de la basílica de Jerusalén, en la que la forma circular se ha sustituido por otra poligonal.
Ligada desde su origen al Camino de Santiago, fue al igual que la de Santa María de Eunate, faro de peregrinos, a quienes orientaba gracias a la luz prendida en la linterna que corona el edificio. El terreno que la circunda, sirvió además como cementerio de caminantes.
De planta octogonal y con un acabado perfectamente compensado, es un edificio sobrio y armonioso en el que diferenciará claramente tres cuerpos: el primero de ellos, ciego; el segundo, iluminado por dos pequeñas ventanas; y el superior, abierto en ventanas de medio punto que iluminan la espléndida cúpula interior. A ambos lados, el edificio conserva el ábside y una torre cilíndrica, y sobre el tejado de ocho aguas, se erige una linterna también octogonal que reproduce en miniatura el propio cuerpo del templo.
Interior
Si queremos acceder al edificio, lo haremos por la puerta del lado sur, cuyo tímpano nos presenta una cruz patriarcal, insignia de la Sagrada Orden Militar del Santo Sepulcro de Jerusalén.
En el interior, la mirada se alza hacia la magnífica cúpula de gruesos nervios de influencia califal que corona el conjunto y que dibuja una estrella de ocho puntas iluminada por una luz tenue luz que se filtra por las celosías.
Su nervadura le recordará modelos islámicos similares a los de algunas mezquitas, lo que permite especular con la posibilidad de que el monumento fuese construido por artesanos mudéjares que habrían llegado a Torres del Río desde la orilla del Guadalquivir.
Y en el ábside, custodiando el templo, un Cristo del siglo XIII, también conocido como el Santo Cristo de los Caballeros del Sepulcro. Allí también observará delicadas columnas, y capiteles de influencia morisca que reproducen monstruos y centauros.